VAIVENES DE UNA
CONMEMORACIÓN
EL DÍA DEL
MÉDICO
Prof.
Consulto Dra. Norma Acerbi Cremades
La
presencia de la enfermedad, ha sido siempre anterior a la aparición del Médico.
Fue por eso que, en cada sociedad y en los diferentes confines de la tierra,
debió surgir la figura del “hombre sanador”, sea llamado: “chaman”:
“hechicero”; “barbero”; “herborista”;”sacerdote”.
Durante
el Renacimiento, dice el Prof. Federico Pérgola (6), “con la disolución del Dogma, sin fe y sin
Ciencia, se dio lugar a la aparición de “curanderos”
y “charlatanes”, con una particular paranoia y un notable histrionismo”.
Sin
embargo, el “hombre sanador”, nació con dignidad, motivo por cuál se le
exigieron desde un principio, las máximas virtudes del corazón humano, porque
debía además de curar, escuchar y aconsejar, es decir, ser confidente para
llegar al alma de sus semejantes, con sus conocimientos, su valor y su
categoría.
Esa
Dignidad, por su humanismo particular, fue común para dichos hombres y es igual en nuestra
modernidad, sin diferencias de raza, cultura, país, filosofía o religión.
Desde
un comienzo, la Medicina fue empírica y filantrópica. Aquellos bardos de la
salud, fueron recogiendo de la tradición y la observación, todos los medios
posibles para aliviar, curar y consolar.
Tanto
en la Mesopotamia; China; India; Egipto; Arabia o Grecia, aparecieron los
“templos” y los “sacerdotes”. En los templos, aquellos enfermos encontraban el retiro apacible y necesario, alcanzando la
curación o el consuelo, en manos de los sacerdotes, amantes del saber.
Los
pueblos politeístas, tenían uno o más dioses, encargados de la salud y la
enfermedad y en días especiales del año, se les recordaba con ofrendas y
ceremonias.
No
había por aquellos tiempos, una fecha determinada para venerar al “hombre
sanador”, pero sí existen múltiples documentos que expresan, en las diferentes
culturas, el respeto por sus conocimientos y dedicación.
Durante
la Edad Media, la Iglesia Cristiana, que se hizo poderosa, trabajó para
sustituir los signos del Zodiaco, asignados a órganos y enfermedades. Dichos
signos, eran empleados en el diagnóstico y tratamiento de los pacientes, por
eso la Iglesia los reemplazó con la veneración de los mártires, consagrados como “Santos Patronos”.
Los
primeros venerados, fueron los gemelos Cosme y Damián. Nacieron en Cilecia
(Asia Menor), en el Siglo III d J.C. Estudiaron Medicina en Siria, dedicándose
luego a curar generosamente. Muchos milagros realizaron, incluso el primer trasplante de la pierna de un etíope a un militar
romano.
El
Pre-Cónsul Lisías, al enterarse que eran cristianos, los obligó a retractarse
de sus creencias y ante su negativa, los condenó a múltiples torturas y
finalmente a la muerte por decapitación. Sucedió el día 5 de las Calendas de
Octubre, es decir el 27 de Septiembre del año 287 d J. C.
El
Emperador Justiniano, fue sanado de un mal incurable, por la intercesión de
Cosme y Damián, lo que motivó la construcción de una hermosa Basílica, en Constantinopla,
baja la advocación de los Santos. Su culto se extendió rápidamente por Oriente
y Occidente. Los Santos Cosme y Damián, son considerados como “Patronos de los Cirujanos”, por tan mentada operación quirúrgica de trasplante.
Otra
advocación importante es la de San Lucas, médico y pintor. Escribió el Tercer Evangelio y como artista, permanecen dos de
sus obras: La Virgen María, en el Convento
de Saidensia, en Siria y la Virgen Negra o Señora de Czestachowa.
San
Pablo, refiriéndose a Lucas, decía que “era doblemente Médico, porque lo era de
cuerpos y de almas”.
Lucas,
nació en Antioquía, un 18 de Octubre, quince años antes que Jesucristo. Fue
consagrado Patrono de los Médicos durante la Edad Media y en Francia ya se lo
veneraba desde el año 1427, extendiéndose rápidamente su culto por Europa.
América
recibió la herencia de las costumbres cristianas, recordando siempre en la
fundación de pueblos, hospitales o templos, los nombres de santos venerados.
Desde
la época colonial, Buenos Aires celebraba a su patrono San Martín de Tours,
cada 11 de Noviembre, con especiales saludos para el Cura, Médico y Gobernador.
Otro
tanto hacía Córdoba y Santa Fe, el 30 de Septiembre, día de San Jerónimo. En
Santiago del Estero, a sus patronos Felipe y Santiago, el 1 de Mayo. En
Tucumán, a San Miguel Arcángel, el 8 de Mayo; en Corrientes a San Juan
Bautista, el 24 de Junio y así sucesivamente, en las otras provincias
argentinas.
El
Protomedicato, en España o en América, como institución encargada de formar,
controlar y legislar sobre el desempeño de las Ciencias de la Salud, celebraba
anualmente, la fecha de su creación.
En
Buenos Aires, el Protomedicato, se fundó el 17 de Agosto de 1780, gracias a dos
ilustres voluntades, el Virrey Juan José
Vertiz y Salcedo y el médico irlandés, Miguel O’Gorman.
Posteriormente,
se recordaban las fechas fundacionales de las diferentes Facultades de
Medicina, creadas en el país, honrando siempre la figura y actuación de sus
médicos.
El
Siglo XX, dio origen a la aparición de diferentes instituciones relacionadas
con la profesión, entre ellas Centros; Círculos; Colegios; Sindicatos;
Asociaciones.
También
se organizaron los obreros, en sociedades de corporación y ayuda mutua, a la que
luego se asimilaron los profesionales de la salud.
En
Buenos Aires, se creó el 30 de Septiembre de 1929, el Consorcio de Médicos
Católicos, bajo la Presidencia del Prof. Luis Ayerza y eligieron a San Lucas,
como Patrono, reconociendo el día 18 de Octubre, como “Día del Médico”.
La
agremiación de los Profesionales, facilitó el intercambio de ideas y la
relevancia dentro de la comunidad social. Se realizaron números Congresos y
Jornadas Nacionales, dando entrada a muchas reuniones de carácter Internacional
o participando de ellas con delegaciones científicas.
Entre
el 21 al 26 de Marzo de 1933, se reunió
en Dallas (Texas), la 4° Asamblea de la Asociación Médica Panamericana y acordó
que el Día del Médico, se celebrara el 3 de Diciembre, recordando que el Dr.
Carlos Finlay, había nacido el 3 de Diciembre de 1833, en la ciudad de
Camagüey(Cuba). Se reconocía como un benefactor de la Humanidad, por haber
establecido que el transmisor de la Fiebre Amarilla, era el mosquito (Culex
fasciatus), en 1865, con su trabajo titulado “Memorias sobre la etiología de la
Fiebre Amarilla”.
En
Septiembre de 1941, la Universidad Nacional de Buenos Aires, por iniciativa del
Decano Prof. Dr. Nicanor Palacios Costa, por Resolución del H, C, D, oficializó
el día de San Lucas, como el “Día del
Médico”. Incluso desde 1944, se daba asueto docente, para recordarlo.
Entre
el 3 al 10 de Diciembre de 1946, se realizó en La Habana (Cuba), el 1° Congreso
Médico Social Panamericano y se firmó el Acta Fundacional de la Confederación
Médica Panamericana, por los delegados de los Gremios Médicos de los siguientes
países: Argentina; Colombia; Costa Rica; Cuba; Chile; Ecuador; El Salvador; Estados Unidos de
Norte América; Guatemala; Honduras; México; Nicaragua; Panamá; Paraguay; Perú; Uruguay;
Venezuela y Puerto Rico.
Esta
primera reunión continental, estableció los principios para organizar los
servicios de salud y la seguridad social. Estableció que el 3 de Diciembre
sería el Día de la Medicina Panamericana y el Día del Médico, según lo acordado en
1933.
La
propuesta fue unánimemente aceptada por las delegaciones presentes, en cuanto
se refería a la primera parte del
enunciado, es decir “Día de la Medicina Panamericana”, pero con respecto a la
segunda, referente al” Día del Médico”, se dejó con libertad de acción, a cada
Nación Confederada. Es que cada país, tiene sin duda, un Pro Hombre con obras trascendentales, un Médico
superior, cuya fecha de nacimiento podía
ser elegida, con la finalidad señalada.
Se
destacaron las opiniones de la Delegación de Brasil, proponiendo a su preclaro
higienista Osvaldo Cruz. Otro tanto, hizo la Delegación Argentina, recordando
la posibilidad que fuera el ilustre Maestro Guillermo Rawson. Así sucedió con
otros delegados, que llevando este imperativo, establecieron posteriormente, en
sus naciones, a los médicos distinguidos por la excelencia de sus obras
científicas, académicas o de extensión a la comunidad.
En
conocimiento de la propuesta de la Confederación Médica Panamericana, en 1948,
el Dr. Ramón Carrillo, a cargo de la Secretaría de Salud Pública de la Nación,
se abocó a darle la solución más adecuada. Pidió asesoramiento a la Sociedad
Argentina de Historia de la Medicina, filial de la Asociación Médica Argentina,
presidida por el Dr. Ramón Pardal; a las Autoridades universitarias; al Colegio Médico y otras instituciones de la
Capital Federal. El consejo dado, fue declarar oficialmente como Día del
Médico, el 10 de Diciembre, fecha en que se “inauguró en 1577, el primer
Hospital argentino, en la ciudad de Córdoba, llamado Hospital de Santa
Eulalia”.
El
Decreto N° 37.015, con fecha 3 de Diciembre de 1948, fue firmado por el
Presidente Juan Domingo Perón; Angel G. Borlenghi y Ramón Carrillo (1).
Un
trabajo del Prof. Juan Andres Codazzi Aguirre (3), presentado en el 3° Congreso
Nacional de Historia de la Medicina (Rosario 19 al 21 de Octubre de 1972), dice
lo siguiente:
“Córdoba
tubo el primer hospital, el de Santa Eulalia, inaugurado el 10 de Diciembre de
1577, bajo la atención del Protomédico Jerónimo García Jara”.
El
Dr. Félix Garzón Maceda, en el tomo II de su libro La Medicina en Córdoba (5),
dice: “que con motivo de adjudicar un nombre al hospital en ciernes, el 6 de
Diciembre de 1574, el pueblo se reunió
para consultar el calendario y tocó en suerte a Santa Eulalia, o Señora de
Santa Olalla, abogada contra las plagas del gusano que infectaba las mieses,
jurando guardar su día y cantar su misa”. Es por eso que el capitán General
Lorenzo Suarez de Figueroa, aceptó dicho nombre para su filantrópica creación.
Sigue
diciendo Garzón Maceda, “No consta en Actas, ni hemos podido dar con documento alguno
que establezca la fecha precisa en que el Hospital de Santa Eulalia se edificó,
instaló y comenzó a prestar servicios positivos; lo único que se sabe es que
desde el año 1577, se designaban anualmente Mayordomos para que administraran
sus haciendas y propios”.
El
Acta Fundacional con fecha 8 de Febrero de 1576, designaba por ese año como
Mayordomo, al Sr. Miguel de Mugica, Alcalde ordinario de la ciudad.
El
Acta de fecha 24 de Mayo de 1577, le otorgó poder especial al Sr. Jerónimo
García de Jara, vecino de la ciudad, para solicitar permiso al Reverendo
Antonio de Torres, Vicario de Córdoba,
para fundar el hospital de Santa Eulalia.
No
había en Córdoba, ni Protomédicos;
Licenciados o Médicos. Recién a final del Siglo XVI, está documentada la
presencia del Licenciado Ascencio Telles de Rojo. de origen portugués.
En 1607, se presentó ante el Cabildo de Córdoba, el barbero Manuel
Fonseca, solicitando permiso para” ejercer su conocimiento y experiencia, ante
la falta de médicos y cirujanos”.
En
1608, ejerció el médico Bernardo Xijon, el que luego se trasladó a Buenos
Aires.
Retomando la idea inicial del trabajo,
recordaremos que el 10 de Diciembre como “Día
del Médico”, continuó vigente, hasta el cambio de gobierno, en 1955.
El
3 de Noviembre de 1955, el Colegio Médico de la Provincia de Córdoba, solicitó
a la Confederación Médica Argentina y por su intermedio al Gobierno de la
Nación, festejar como “Día del Médico”, el 3 de Diciembre de cada año (2).
En
el VI Congreso de la Federación Médica Gremial, reunido en San Luis, desde el
19 al 21 de Abril de 1957, en que se tocó el tema de la celebración del Día del
Médico, dice Codazzi Aguirre: “los
cordobeses no acertaron a defender suficientemente como fecha para honrar al
Médico, la de la inauguración del primer hospital en tierra argentina”.
Recordando también que el 10 de Diciembre de 1948, la Asamblea de Naciones
Unidas, por Resolución N° 217, había establecido, el “Día de los Derechos
Humanos”.
En
Noviembre del mismo año 1957, al celebrarse en Rosario, las Bodas de Plata de
la Asociación Médica local, se resolvió considerar al 3 de Diciembre, “Día del
Médico Universal”, a lo cual se adhirieron otras instituciones médicas.
Desde
el 5 al 9 de Diciembre de 1965, se realizó el VII Congreso Argentino de
Medicina Gremial y Social. Se trajo a consideración la fecha del Día del
Médico, considerando en honor de la justicia histórica, la posibilidad de
retomar el postulado de La Habana, proponiendo como homenaje el nombre de alguno de nuestros preclaros Maestros de la
Medicina.
Se
insistió nuevamente sobre el mismo tema, en el III Congreso Nacional de
Historia de la Medicina, en 1972. Sin embargo, en ambos casos, los asistentes a
estas “palestras del saber”, se declararon
en “statu-quo” con un afán de no
innovar.
Particularmente,
debo confesar, porque así lo he sentido siempre, que me gustaría festejar el Día del Médico, recordando a
alguno de nuestros grandes y preclaros Médicos Argentinos. Como lo hacen otras
Naciones Latino Americanas, entre ellas:
Perú, el 5 de
Octubre, en honor a Daniel Alcides Carrión. Ecuador, 21 de Febrero, nacimiento de Francisco Javier Eugenio de
Santa Cruz y Espejo. Nicaragua, 26
de Octubre, nacimiento de Luis Henry Debayle Pallais. México, 23 de Octubre, nacimiento de la primera Escuela de
Medicina. Brasil, 18 de Octubre, Día de San Lucas.
Bibliografía
1-Baliño,
A. J- Decreto N° 37015 del Poder Ejecutivo Nacional.
Mundo
Hospitalario, Octubre-Noviembre. Año XI- N° 100, 1948.
2-Bergoglio,
R.M- 3 de Diciembre, Día del Médico y de la Medicina Americana.
Editorial
Panamericana, Buenos Aires 1988.
3-Codazzi
Aguirre, J. A- El Día del Médico en la República Argentina.
Actas III°
Congreso Nacional de Historia de la Medicina Argentina
Rosario, 19 al
23 de Octubre 1972.
4-Díaz
Soto de Mazzei, M. L. Dignidad de la Medicina y otros ensayos médicos.
López Libreros
Editores, Buenos Aires, 1974
5-Garzón
Maceda, F. La Medicina en Córdoba, Apuntes para su Historia, Tomos I-II
Talleres
Gráficos Rodríguez Giles, Buenos Aires 1916.
6-Pérgola,
F.M- Brujos y Cuasi Médicos en los Inicios Argentinos.
Génesis Talleres
Gráficos. Buenos Aires 2008
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