Se ha dicho de Leopoldo
Lugones que “era la Fuerza de la
Naturaleza”, por su talento deslumbrante, por su pasión avasalladora y por su
caudalosa erudición.”.
En 1911, Leopoldo Lugones publicó
el libro “Historia de Sarmiento”, y
relata con prolija memoria los hechos que señalaron, la determinación
vocacional de ser Biógráfo de Sarmiento,
al que reverenció como el Prócer que había asumido en plenitud la
responsabilidad del país, considerándolo incluso, como un “perpetuo
representante suyo”.
Sin duda que Lugones sintió a
Sarmiento, desde la tierna infancia, cuando nos dice:
“En 1882, vivía con mis padres en el Ojo de Agua, un villorrio casi fronterizo entonces de Santiago del Estero. La escuela local, conservaba restos de una de aquellas Bibliotecas fundadas por Sarmiento, con los consabidos tomos de tela verde, con el dorado Escudo Argentino, sobre la cubierta. Cierto día, el maestro me ofreció uno de esos libros, “La Metamorfosis de los Insectos”. Aquella lectura fue la primera luz en mi espíritu, la sugerencia de la honda fuente que venía a revelarme el amor de la Naturaleza, por medio de la contemplación científica”.
Y continúa diciendo:
“Yo se que ese libro ha constituido, la determinación profunda de mi vida intelectual”
Como se puede intuir, la conciencia vocacional del autodidacta ambicioso, fue despertada por un texto de divulgación científica, cuyas enseñanzas superó el conocimiento pragmático de la Naturaleza, propio del niño inquieto, que vivía en un pueblo pequeño, invadido generosamente por el campo y sus costumbres..
En “Historia de Sarmiento”, Leopoldo Lugones, relata las etapas del
desarrollo nacional, porque no podemos olvidar que Lugones era un Patriota, con
un patriotismo angustiado por el hiato entre la Argentina que sueña y la que
existe.
En el Capítulo de su libro
correspondiente al “Retrato de Sarmiento”, revela una profunda compenetración
psicológica entre el Biógrafo y el Personaje, demostrada en una magnífica
prosa, describiendo a Sarmiento cuando dice:
“Nadie
lo recuerda ya, sino bajo aquel aspecto de peñasco rugoso en el que habíanle anticipado carne de estatua, con una especie de saña genial, los azares de
su vida violenta.”.
“Formaba
parte de su entidad aquella fisonomía de combate, pronunciada por su tenacidad
con fealdad de bronce. Sarmiento sereno es imponente. El reposo de su bloque de
batallador, aviva el perfil severo.
La categórica seguridad que forma su estática
así como el aplomo de su cornamenta, recela una latente violencia de agresión.
Una vivacidad curiosa y múltiple le electriza, trayéndole instantáneamente las ideas a flor de piel, como el redopelo de
un espinazo felino.. Tiene mucho de numen elemental de la tierra, especie de
caber en su antiguo socavón minero; algo de monje fogoso y de viejo almirante
sajón; no poco de labriego, rudo como la gleba familiar y rugoso como las cepas
tutoras, a las cuales se vinculaba de
nombre y de calidad”
“Y así nos queda su catadura de
transeúnte formidable, caminando a paso macizo las aceras; aquí y allá lanzada
la malicia brusca del ojo que nada pierde; su mandíbula, removiendo de través
el belfo, con un gesto peculiar que
trocaba sus palabras en acción; recios los brazos de cavador que el bastón
prolongaba con vivacidad táctil o con
autoritaria interpelaciones a redoble de cantera; peculiar la gruesa oreja
sorda bajo la galera prócer o el hongo de paja; anchamente encuadernado en el
saco vulgar o la levita suntuosa su
agachada solidez de toro y la espalda potente, como apuntalando una mole
habitual, cargada hacia la cerviz con una ímproba acumulación de lomo”
………………………………………………………………………………
“Nada más militar, más
magistrado, más misionero, más orador, más abuelo, según los casos; pues claro
es que la sencillez fundamental de toda grandeza llevábale a complacerse en ser
buen viejo para compensarse de haber sido anciano sublime. Por aquellas arrugas
terribles despeñaba con frecuencia su risa abundante, de formidable salud, optimista
o despatarrada como un alacrán, la mueca de su malicia provinciana.”
Sin duda que el libro de Leopoldo Lugones “Historia de Sarmiento”, fue escrito con el objetivo de una doble polaridad:
La primera, revelar hechos y momentos históricos que no debieran olvidarse y la segunda, desarrollar en el lector las ideas y esa facultad humana por excelencia, es decir la facultad de pensar.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario