UN LAMENTABLE ERROR
Para
lograr la construcción del Hospital Nacional de Clínicas, primer Hospital
Escuela de la Facultad de Ciencias Médicas, ya con 112 años de existencia, fue
necesaria la labor mancomunada de destacados profesionales.
Muchos
años transcurrieron desde conseguir un terreno adecuado para su emplazamiento y
los fondos nacionales y provinciales necesarios para su construcción.
En
1882, se encargaron los planos y
presupuesto, al Ing. Rafael Aranda, mientras se realizaban diferentes gestiones
ante las autoridades gubernamentales.
En Noviembre
de 1883, el Gobierno de la Nación designó una Comisión encargada de la
dirección y ejecución de los trabajos preparatorios para la construcción, la
que se debía llevar a cabo, con sujeción al plano y presupuesto del Ing.
Aranda.
El
Presidente de la referida Comisión era el Dr. Miguel Juarez Celman, secundado
por el Sr. Decano de la Facultad de Ciencias Médicas, Dr. Luis Rossi y los
Académicos Dr, José Ortíz y Herrera; Rafael Piccinini y Guillermo Achaval.
El
14 de Febrero de 1884, el Dr. Luis
Rossi le envió una nota al Dr. Miguel Juarez Celman, de la que me permito
rescatar algunos pasajes, los que
demuestran el interés y el celo del Sr. Decano Dr. Rossi y la importancia del
plano del Ing. Aranda, escogido como modelo, para la construcción del Hospital.
“Aceptada la idea por el Excmo.
Gobierno Nacional, votado por el Congreso los primeros fondos con que debían
iniciarse los trabajos, la FCM encargó al Ing. Rafael Aranda la confección de los
planos y presupuesto relativos y pidiéndole tuviese por base de su estudio el
espléndido edificio del Hospital de Lugo
(Italia), uno de los más notables de Europa”
“El Ing. Rafael Aranda, teniendo en
cuenta las condiciones económicas del
Tesoro de la
Nación y las circunstancias en que se
halla colocado el Instituto que presido,
acaba de presentar los planos de las distintas secciones del Hospital en
cuestión, con los presupuestos y referencias que ya aprobados por la Facultad,
pongo en manos de Usted a objeto de los fines de esa Comisión.”
“Si esta obra se realizase, como es
de presumir, no temo avanzar la opinión
de que será ella, la primera en su
género que exista en América, pues si bien es verdad que se ha modificado en
algo el modelo de Lugo, por las circunstancias antes mencionadas, también lo es
que el proyecto del Ing. Aranda científica y artísticamente preparado, permite
el ensanche periódico del edificio, siguiendo la idea de su tipo original y que
aún así, como lo presenta el Ing. Aranda, será un monumento que honrará siempre el recuerdo del gobierno
que lo levante.”
(Todo
interesado podrá leer la nota completa, en el libro La Medicina en Córdoba, Apuntes
para su Historia. Tomo II .Capítulo I, pag. 569-659. Autor: Dr. Félix
Garzón Maceda).
Durante
mi gestión como Directora del Museo Histórico Hospital Nacional de Clínicas
(1995-2008, tuvimos el grato orgullo de custodiar los mencionados Planos.
El mes pasado participé de una
interesante actividad denominada “Café con Cultura desarrollada en el Museo
Francisco Tamburini, en el Banco de la Provincia de Córdoba (BANCOR).
Organizada por la Asociación Cordobesa de Coleccionistas de Autos Antiguos.
Destaco
la cálida acogida de las Guías del Museo, sin embargo repitieron el error de atribuir al Arq. Tamburini, el diseño y ejecución del Hospital Nacional
de Clínicas.
El
Arquitecto italiano Francesco Tamburini, fue contratado durante la Presidencia de
Julio A. Roca, como arquitecto de la Nación. Llegó al país en 1884, y fue responsable de importantes
obras edilicias en Buenos Aires y ciudades del interior, nacionales y privadas.
Falleció en Buenos Aires en 1890.
Si
se analizan ambas fechas, 1884- 1890,
de ninguna manera, se le puede atribuir al
Arq. Tamburini, la autoría del
diseño o dirección de la construcción del Hospital Nacional de Clínicas.
Su construcción, desde la idea inicial hasta su cristalización e inauguración,
35 años transcurrieron y fue edificado bajo los planos del Ing. Rafael Aranda,
copia y adaptación del Hospital de Lugo en Italia,
Se
trata de un lamentable error que viene repitiéndose en diferentes ámbitos, quizás
atribuibles a un descuido o a la falta de interés en el estudio de las fuentes históricas y el respeto por el
Patrimonio.
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