sábado, 6 de junio de 2015

RECTORES MEDICOS DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE CORDOBA

Es justo y oportuno recordar, a los catorce Rectores Médicos, que han honrado el alto cargo universitario, en el Periodo Nacional de la Universidad de Córdoba (1855 a la actualidad). Algunos cumplieron con la gestión completa del mandato y  en otros fue parcial, sin embargo, lo hicieron con relevante brillo e inteligencia.
Mirados en su conjunto los catorce, han sabido respetar libremente el “derecho de enseñar y aprender”, como una suprema misión de bien público. Pudieron, en la plena vigencia del aprendizaje, canalizar la iniciativa particular, la vocación individual y el activo desarrollo de la cultura en sus múltiples expresiones.
La Universidad buscó y encontró en los Rectores Médicos, a los dignos intérpretes de sus Estatutos, a prudentes ejecutores de sus Reglamentos y a los eficaces administradores de la  economía y el patrimonio. En los catorce, se unieron el caudal ponderable de conocimientos científicos, el humanismo, la responsabilidad y  la experiencia, que contribuyeron al prestigio y al engrandecimiento de la Casa de altos estudios, mediante acertadas iniciativas y fecundas realizaciones.
El primer Rector Médico, fue el Prof. Dr. José Antonio Ortiz y Herrera, durante dos periodos completos, desde 1897 a 1907. Hombre de notable personalidad moral y científica, nació en San Juan y estudió Medicina en la Universidad de Buenos Aires. Fue Decano de la Facultad de Ciencias Médicas de Córdoba, desde 1890 a 1894, inaugurando un ciclo histórico de progreso y organización. El 3 de Abril de 1897, tomó posesión del cargo de Rector, haciendo el juramento ante el HCS. En una de las frases de su discurso decía: “Pondré al servicio de este elevado cargo toda mi dedicación y todas las energías de mi voluntad, marchando siempre por el camino recto y no habrá nada que me desvíe del cumplimiento de los deberes que él me impone, para que nuestra Universidad no solo sea  la directora de la enseñanza de las ciencias en general, sino que llegue a ocupar el puesto de honor que le corresponde por su tradición gloriosa y lo  ilustre de su historia”.
El 31 de Mayo de 1897, presentó el proyecto de Ordenanza sobre la Biblioteca de la Universidad, documento que es verdadera revelación de las hondas e ilustradas preocupaciones del Sr. Rector por la Biblioteca, evidenciando la amplia visión de las necesidades culturales de Córdoba. Le asignó fondos destinados a la adquisición de elementos bibliográficos y redactó el Reglamento para la Institución. Él mismo presidió la Comisión para el gobierno y la reorganización. La antigua Biblioteca de la Universidad, recibió en esos días un impulso grandioso que la dejó en condiciones de prestar útiles servicios a los docentes y estudiantes, como también al público en general. Cambió sus lámparas de gas por luces eléctricas e inauguró el horario nocturno de atención, poniéndola a la altura de una de las más importantes del país. El 10 de Julio de 1899, el Sr. Rector presidió el comienzo de “Los Miércoles de la Biblioteca”, estrechando los vínculos entre la Universidad y el medio social. Hoy le llamaríamos, “extensión universitaria” y cupo al Rector Ortiz y Herrera, ser iniciador exitoso de la obra, el verdadero pionero de la “extensión”.
En la Facultad de Derecho inició la modernización incorporando materias como: Sociología; Legislación Industrial y Agrícola; Derecho Público Provincial y Municipal; Estadística y Geografía Comercial; Historia de las Instituciones Representativas; Psicología y Pedagogía.    
Dotó de modernos gabinetes a la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, que dieron impulso a la investigación científica. Durante su Rectorado se erigió la estatua de Fray de Trejo y Sanabria, en el patio de la Universidad. Además su nombre estuvo vinculado a la creación del Hospital de Niños y a la edificación de la Escuela Práctica de Medicina y al  equipamiento de sus laboratorios y gabinetes.
El Prof. Ortiz y Herrera falleció el 10 de Diciembre de 1910. Recibió homenajes oficiales y populares, en reconocimiento a las notables obras realizadas.
El  Prof. Dr. Antonio Nores, tuvo un breve Rectorado, ya que  elegido el 15 de Junio de 1918, renunció el  7 de Agosto del mismo año.
Comenzó su tarea renovadora con mucho entusiasmo, firmó numerosos Decretos de orden administrativo, pero la lucha por el poder desbordaba la obra iniciada, tergiversándose los cambios sustentados por este gran reformista. No aceptó el desborde, los desmanes ni las irresponsabilidades juveniles, motivo por el cual presentó la renuncia indeclinable y se alejó de la Universidad, a la que tanto esfuerzo y desvelo había consagrado. Un caballero honorable, donde  la firmeza de sus ideales,  estuvieron presentes en la Cátedra universitaria, en el Rectorado, en la Legislatura y en numerosas instituciones en las que actúo y fue reconocido con merecido respeto.
Falleció el 20 de Marzo de 1959 y muchas fueron las expresiones de condolecías expresadas, en medios nacionales y extranjeros, reconociendo el mérito de su trayectoria.
El Prof. Dr. Eliseo Soaje, se hizo cargo del Rectorado el 5 de Octubre de 1918 y en dicho cargo se jubiló en 1921. Le tocó dirigir la Casa, en días difíciles de la renovación de los Estatutos, cuando las pasiones aún mantenían alejados a diversos profesores, pero su buen tino y prudencia, salvaron todas las dificultades.
Durante su Rectorado, recobraron impulso gestiones oficiales tal como la realizada en favor de la Maternidad Nacional, cuyo edificio estaba en construcción.
Fue Decano de la Facultad de Ciencias Médicas, entre el 28 de Mayo al 12 de Septiembre de 1918. Proyectó en el Hospital Nacional de Clínicas, aprobado por el HCS,  un Instituto Modelo de Otorrinolaringología, que alcanzó  notoriedad por sus consultorios, gabinetes y profesionales, verdadero crisol formador, de la Especialidad que tanto amaba.
El Prof. Dr. Francisco de la Torre, fue elegido Rector el 6 de Mayo de 1921 por la Asamblea de Profesores de tres Facultades. En Mayo de 1923, renunció a la alta posición de honor y de gobierno.
Durante su Rectorado, realizó importantes gestiones para mejorar los estudios universitarios. Contrató en Alemania, como Profesor de Fisiología Experimental, al  prestigioso cardiólogo, Dr. Jorge F. Nicolai y al  Dr. Jacobi, para fundar el Laboratorio de Química Biológica. Aprobó la   ampliación y mejoras sobre terrenos del  Colegio Nacional de Monserrat. Realizó un proyecto de reformas al Estatuto, muchas de las cuales fueron incorporadas al Estatuto Provisorio dejado por el Interventor Dr. Antonio Sagarna.
El Prof. Dr. Ernesto Romagosa, se hizo cargo del Rectorado de la Universidad, el 30 de Junio de 1930, elegido por el Claustro Universitario, destacándose por una labor sana, metódica y progresista.  
En su discurso de asunción, detalló su programa de gobierno y sintetizó en tres palabras lo que consideró indispensable para el engrandecimiento de la Universidad:”Disciplina, Solidaridad y Trabajo”. “En el trabajo y por el trabajo, se dignifican, se hacen fuertes y acreedores al respeto, lo mismo que los individuos, las Instituciones y los pueblos. Mi deseo más ardiente es que todos podamos trabajar intensamente, tranquilamente y que al cabo de algunos lustros, la Universidad de Córdoba, coloque también su piedra en el monumento de la ciencia, en homenaje a la Patria.”
 Luego de un año de intensa labor, por una incidencia imprevista, que contrariaba su carácter insobornable que no aceptaba la lucha estéril, en un ambiente de cultura y respeto, como debía ser la Universidad, renunció al cargo y volvió a ocuparse de su Cátedra de Clínica Quirúrgica. 
 Decano de la Facultad de Ciencias Médicas, desde el 15 de Octubre de 1918 al 28 de Mayo de 1919. Fue en todas las circunstancias de la vida, un ejemplo de honradez y de prudencia. Falleció el 26 de Agosto de 1934, produciendo un doloroso impacto en la Universidad y en toda la sociedad cordobesa.
El Prof. Dr. León Sebastián  Morra, fue elegido Rector de la Universidad, por la Asamblea Universitaria, el 6 de Agosto de 1924 hasta el 5 de Agosto de 1928 y nuevamente ocupó el alto cargo durante corto tiempo en 1946. Fue el primero, luego de ocho Rectores que le habían antecedido, el que pudo cumplir con el periodo completo. Inició con la Universidad clausurada, en medio de huelgas y violencia, pero terminó con la Universidad reordenada, renovada, pletórica de medidas de progreso. Recordamos algunas de ellas: creación de la Escuela de Arquitectura, en la Facultad de Ingeniería; de la Escuela Secundaria de Peritos Topógrafos, Mecánicos y Electricistas; del Instituto de Derecho Civil Comparado y de Jurisprudencia; del Instituto de Idiomas; de la Dirección de Publicidad; del Instituto Superior de Bellas Artes. Incorporó a la Universidad, el Observatorio Astronómico. Ordenó la refacción de los edificios del Rectorado, de la Facultad de Medicina, de la de Derecho y del Colegio Nacional de Monserrat. Patrocinó numerosos Congresos Nacionales e Internacionales y las invitaciones a figuras relevantes de la ciencia, como la del sabio Alberto Einstein. Consolidó el Doctorado en Ciencias y restableció las Colaciones de Grado, que habían sido  suspendidas por varios años.
Fue Decano de la Facultad de Ciencias Médicas, desde 1940 a1943. La Asamblea Universitaria lo reeligió como Rector, el 12 de Abril en 1946, pero el 2 de Mayo, antes del mes se paralizó su función por ser nuevamente intervenida la Universidad.
Falleció el 15 de Marzo de 1948, recibiendo el merecido y cálido  homenaje  por su figura pro consular.
El Prof. Dr. José Miguel Urrutia, fue Interventor a cargo del Rectorado en 1947 y luego Rector desde el 19 de Marzo de 1948 al 12 de Junio de 1952. Se había desempeñado también como Delegado Interventor en ejercicio del Decanato de la Facultad de Ciencias Médicas, desde Mayo de 1946 a 1947. Fue un trabajador incansable que se preocupó por el restablecimiento de los Reglamentos. Suprimió los aranceles hospitalarios; creó el Banco Central de Sangre y el Departamento de  iIustración Gráfica y Fotográfica.  
 Falleció en Córdoba, el 17 de Septiembre de 1970, rodeado del reconocimiento de muchos discípulos, a los que había trasmitido el arte de su notable habilidad quirúrgica. 
El Prof. Dr. Armando Bustos, fue designado por Decreto del Poder Ejecutivo Nacional N° 218186, como Rector de la Universidad, desde 1953, cargo al que renunció en forma indeclinable el 12 de Noviembre de 1954. Antes había tenido una actuación destacada como Vice Decano de la Facultad de Ciencias Médicas, desde el 12 de Mayo de 1950 hasta el 9 de Octubre de 1952.
Su actuación en el Rectorado fue de rectitud y moderación, propiciando la actividad docente y científica. Implementó iniciativas particulares que contribuyeron al progreso de las distintas Escuelas.  Falleció en Córdoba, el 28 de Diciembre de 1982 con el emotivo reconocimiento de sus pares.
El Prof. Dr. Agustín Caeiro, actuó como Interventor en el Rectorado de la Universidad desde Septiembre de 1955. Sostuvo la necesidad de reconstruir la Universidad y según sus palabras: “ Con veracidad, confianza y trabajo activo y coordinado”. “Solo el clima de la libertad fundada en la fraternal tolerancia, hace posible, la germinación de estas virtudes”.
Previó  la reorganización del cuerpo de Profesores en dos etapas: en la primera fueron repuestos en sus cátedras los profesores dejados cesantes o renunciantes desde 1943-46. La reposición de ese grupo humano destacado, decía, “será el núcleo de cristalización alrededor del cual se hará la reorganización futura y definitiva”. La segunda etapa de la reorganización será “la del Concurso, el que asegurará la selección de profesores basada exclusivamente en su capacidad”.
Pidió a los estudiantes unirse democráticamente y libres de influencias totalitarias para trabajar por la Universidad y por el país, con ecuanimidad, templanza y responsabilidad. Solicitó la reafirmación total de la autonomía universitaria en el aspecto legal;  la desburocratización y la  reestructuración del presupuesto. Participó con el Ministro de Educación de la Nación para la redacción de lo que sería luego la Ley N° 14557, de 1958, que autorizó la creación de las Universidades Privadas.
A pesar de toda su jerarquía científica y moral, su entusiasmo, pensamiento y acción puestos al servicio de la Universidad, debió renunciar en Mayo de 1956, según  decía en su carta:” hechos de violencia me impiden mantenerme en ella por la jerarquía que requiere esa investidura”.
El Prof. Agustín Caeiro, falleció el 7 de Mayo de 1990, rodeado del  cariño de familiares y el homenaje de veneración de sus discípulos, colegas  y amigos.     
El Prof. Dr. Jorge Orgáz, fue Rector de la Universidad durante dos periodos consecutivos, desde 1958 a 1964. De notable personalidad humanística, como médico, universitario, político y escritor. Su afán por armonizar universos encontrados, contribuyó a que los años de gestión, se consideraran como una  “época de oro”. En sus famosos “Discursos Rectorales”,  fueron trazados  sus iniciativas. Y así decía: “En los Estatutos,  la Universidad se ha definido como la institución rectora de los valores sustanciales de la sociedad y el pueblo a que pertenece, tiene los siguientes fines: la educación plena de la persona humana y de su respeto. Esto implica que el hombre y su destino están, para la Universidad por encima de todo interés y para que éstos se realicen es absolutamente indispensable el inteligente y permanente imperio de la libertad”. “Es misión de la Universidad la formación profesional y técnica, la promoción de la investigación científica, el elevado y libre desarrollo de la cultura y la efectiva integración del hombre en su comunidad, dentro de un régimen de autonomía y de convivencia democrática entre profesores, estudiantes y graduados”.   
Falleció el 16 de Junio de 1987, recibiendo de la Universidad, el homenaje merecido a su luminosa trayectoria, junto a sus discípulos y amigos.
El Prof. Dr. Tomás de Villafañe Lastra, se desempeñó como Rector Interino desde 1964 a 1965 y luego, el 27 de Junio de 1966, se hizo cargo del Rectorado, por enfermedad de su titular Prof. Ing. Eduardo Camisa Tecco. En su discurso como Rector, en 1965 decía: “De viva voz, propios y extraños, con inusitada frecuencia pregonan a diario que la UNC atraviesa por un momento de crisis sin precedentes en su historia. Y, sin pasionismos, admitimos que no reina últimamente en sus claustros ese clima de comprensión y mutua tolerancia que hace fecundo el diálogo y que favorece la tarea constructiva. Admitimos de que ha faltado ese clima de sana convivencia espiritual que tanto influye en la formación de la personalidad del educando y que tan positivamente gravita en su capacidad científica y profesional”.
En  la Facultad de Ciencias Médicas, actuó  primero en calidad de Interventor, 1956-1957 y luego fue elegido Decano por dos periodos, desde el 4 de Octubre de 1962 a 1964 y 1964-1966. El Prof. Villafañe Lastra, falleció el 28 de Abril de 1984, recibiendo los honores merecidos por su trayectoria académica, científica y social.
El Prof. Dr. Mario Víctor Menso, se hizo cargo como Interventor en el Rectorado de la Universidad desde 1974 a 1976. Había sido también Delegado Interventor y  Decano Normalizador de la Facultad de Medicina, desde el 4 de Junio de 1973 al 30 de Septiembre de 1975. Su capacidad titánica de trabajo se hizo evidente en numerosas creaciones, en la proficua tarea  de organización y proyección. Entre las principales figuran: Creación del Instituto de Derecho Público, Provincial y Municipal, en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales;  creación de la Carrera de Actuario, en la Facultad de Ciencias Económicas; creación de la Escuela de Salud Pública; creación de las Cátedras de Traducción en los profesorados de Alemán, Inglés, Francés e Italiano de la Escuela Superior de Lenguas; reglamentación para el funcionamiento del Instituto de Matemáticas, Astronomía y Física, dependiente de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales; incorporación de las Carreras de Licenciado en Economía, Licenciado en Administración y Licenciado en Contabilidad; creación del Centro de Investigaciones Linguísticas, en la Escuela Superior de Lenguas; fundó el Departamento de Consultoria Jurídica, para la atención gratuita de estudiantes, docentes e instituciones de bien público. Estableció la Carrera de Seguridad e Higiene en el Trabajo, en el Instituto Técnico Universitario, otorgándose el título de Técnico en Seguridad e Higiene en el Trabajo. Adopción del Himno Galiárdico “Gademus Igitur”, como representativo de la UNC, disponiendo que en todos los actos o ceremonias oficiales sea interpretado a continuación del Himno Nacional Argentino (Resolución Rectoral N° 1536/75).
El Prof. Víctor Menso, falleció el  9 de Noviembre de 2008, reconocido por muchos discípulos y amigos, faltó sin embargo por parte de la UNC, el homenaje que merecía por sus  meritorias actuaciones.
El Prof. Dr. Carlos Alberto Morra, asumió como Rector de la Universidad, desde 1982 hasta el 25 de Octubre de 1983, designado por la Asamblea Universitaria. Con anterioridad, se había desempeñado primero como Vice  Decano y luego como Decano  de la Facultad de Ciencias Médicas 1966-1967. Cumplió una destacada labor haciendo respetar el Estatuto universitario. Impulso  la investigación básica y aplicada y creó la Comisión Asesora de la Investigación Científica. Creo el Registro de Publicaciones y Resúmenes Bibliográficos.
Fue en un momento histórico difícil que le tocó presidir la Universidad, motivo por el cual presentó la renuncia un año antes de completar el periodo.
El Prof. Carlos Morra, falleció el 25 de Enero de 2003, recibiendo el reconocimiento de sus pares, discípulos y amigos.
El Prof. Dr. Hugo Oscar Juri, fue elegido por la Asamblea Universitaria en 1998, cumpliendo el periodo, hasta el año 2000. Antes se había desempeñado como Decano de la Facultad de Ciencias Médicas, desde el 6 de Junio de 1994 hasta el 27 de Abril de 1995. Su preocupación como Rector fue la transformación  académica y la inserción de la Universidad. Al respecto de la primera decía: “la Universidad de Córdoba, tiene a su favor el prestigio y sus 400 años de vida que le dan una importante base intelectual”. Sus deseos fueron dar mayor flexibilidad en las carreras, con una estrecha interrelación entre las diferentes Facultades. Con respecto a la inserción decía, “Tenemos que trabajar apoyando a nuestra región, a nuestra ciudad. Los valores de competitividad de las ciudades en el mundo, están determinados por buenas vías de acceso y de comunicaciones y además por una buena  Universidad. Eso es lo que tenemos que aportar. Pero, además debemos incorporar una proyección estratégica, que se expresa hoy a nivel del Mercosur”.
Con respecto al presupuesto  decía: “Es un enorme obstáculo, pero no necesariamente el principal, aunque es una limitación cultural. Las Universidades no deben ser hechas para el mercado, pero tampoco ignorarlo”.
 Refiriéndose a los estudiantes, pensaba: “El conocimiento avanza tan vertiginosamente que hay que darle más habilidades y destrezas, porque son armas que le servirán más tarde, para saber ubicar el conocimiento en  lugares  adecuados”.
Conclusiones  
Por lo específico del tema asignado- “Rectores Médicos”- y la limitación del espacio, no hemos  podido recordar completamente, el abolengo intelectual de las catorce personalidades, ni sus títulos, méritos y logros en las esferas académicas, políticas, culturales y sociales en las que le tocó actuar. Aunque, por encima de sus acciones, quisimos expresar la grandeza del espíritu y el vigoroso aliento que los animaba.
La Universidad ha conquistado en sus 400 años de vida, la difícil sabiduría de superar sus propias contradicciones y sus luchas internas  no son síntomas de senectud, sino por el contrario síntomas de vitalidad, que le permiten recomenzar siempre con renovados bríos, la normalidad de su existencia.
Los catorce Rectores Médicos, desearon la Universidad abocada a la docencia, a la investigación y a la extensión. En la parcial o completa gestión que les tocó actuar, fueron alentados por el único deseo de servir fielmente al engrandecimiento de la Universidad Nacional de Córdoba, para que continúe a través de los siglos,  gravitando con su señorío dominante, por el país y por el mundo.

Bibliografía
1-Acerbi Cremades, N- “Decanos y Consejos de la Facultad de Ciencias Médicas, desde su
                 Fundación”. Kosmos Editorial. Córdoba, 1999.
2-Caeiro, A-  “Del Hombre y de su Formación”- Editorial Biffignandi SRL Córdoba, 1981.
3-Garzón Maceda, F. –“Historia de la Facultad de Ciencias Médicas”. Tomo III.
                Imprenta de la Universidad. Córdoba, 1927.
4-Jurado Padilla, F- “Los Miércoles de la Biblioteca de la UNC- 1899-1906”
               Imprenta de la UNC. Córdoba, 1974
5-Velez, J. J- Velez, H. G- “Catálogo de Documentos del Archivo General UNC, 1611-1891”
                Imprenta de la Universidad. Córdoba, 1944.

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