La palabra BRONCEMIA, tuvo origen en dos publicaciones del Prof. Narciso Hernández, bajo el pseudónimo de Casio Xiso y bajo el título de: “Nueva Tesaurismosis: la Broncemia”.
El trabajo se publicó en: Acta Médica- Hospital Córdoba N° 1-2 -1968 y en la Revista de Divulgación Científica y Cultural de Córdoba, “El Médico Generalista” Vol. 6-N° 2- Pag.19-23-Marzo 1997.
Me tocó escuchar, en el año 2013, en un importante Instituto Médico de la ciudad de Córdoba, a un relator que hablando sobre La Broncemia, omitió la autoría del Prof. Hernández, quedando desdibujada con premeditación, entre la dicción galana del disertante, conformando a un público numeroso. El auditorio, en su mayoría de neófitos en temas médicos, salió convencido de que la Broncemia, era una “verdadera” patología químico-metabólica, capaz de afectar al ser humano.
La disertación fue llevada después por el mismo relator, a las Redes Sociales. Siguió los pasos de las publicaciones del Prof. Hernández, referidas a: signos físicos y psíquicos; formas clínicas; orientación terapéutica; profilaxis, pero sin aclarar nunca el origen de la información
Decía el Prof. Hernández al respecto: “La Broncemia es la anómala presencia y acúmulo progresivo de bronce en sangre y tejidos. Se produce éste a nivel de las células intersticiales de Leydig, las que en completa neofunción paraalquilante alean cobre y estaño, circulantes en exceso por falla metabólica. Por el tamaño que alcanzan las partículas de bronce y el aumento de volumen que provocan en ciertos parénquimas, se denomina a esta perturbación del intercambio: brocemegabolismo. La precipitación del bronce es secundaria a las dos sales en que circula: el bronzuro de estolidina y el ciclo-bronceato de perhidroestultina (más histiófila). Estos solutos, macromoleculares y muy pesados, infiltran la economía siguiendo la Ley de la Gravedad. Dada la habitual bipedestación humana (herencia de los grandes simios caminadores, según lo revelará su propio ídolo el Specus Baconiano a Darwin), lo hacen depositándose de abajo hacia arriba, ex pedibus ad caput”.
Se refiere luego Hernández, a las Formas Clínicas y dice: “El proceso cursa con dos grandes etapas clínicas de absoluta significación pronóstica. La primera, difícilmente reversible, la IMPORTANTITIS. La otra irremediable, la INMORTALITIS. La seguridad diferencial se alcanza con el dosaje de bronce en sangre, que cuando pasa de las 10.000 U.P (Unidades Pillado), es Inmortalitis. En este caso, la punción lumbar, al verificar que ya está vencida la barrera meníngea, la confirma. En los predispuestos, suelen producirse, a raíz de cualquier éxito, aún efímero, picos de Broncemia que, si caen rápido, pueden no ser peligrosos, a condición de que sean poco frecuentes. Michel de B. que también integra nuestro equipo de investigación, descubrió el signo más precoz: la “seriedad sostenida”. Alguien detectó la forma más peligrosa: los Criptobroncémicos, que recuerdan a los falsos modestos de San Agustín, el númida”.
“Michel de B. observó el alto grado de contagiosidad, por lo cual sugiere aislamiento y terapia intensiva en Importanticomios. Por otra parte, Jorge C. verificó que, en la Inmortalitis, la higiene cutánea se obtiene mejor que con agua y jabón, con Brasso”( un restaurador del brillo de los metales).
“La Profiláxis dependerá de estar atentos a la aparición del primer síntoma, que, como hemos dicho es la pérdida de la capacidad de sonreír”.
El texto es una brillante descripción con humor y sátira del padecimiento habitual de muchos personajes del ambiente académico, político, social y cultural, de todas las épocas. Sin duda que la soberbia humana conlleva a la Broncemia, en muchas figuras del hoy y siempre.
Los Relatores y los que escriben o publican, deben consultar primero la Bibliografía existente sobre el tema a tratar. El respeto y el seguimiento con rigor científico y responsabilidad, junto al homenaje del recuerdo de los que nos han precedido, será el mejor galardón para ellos. De lo contrario, sin lugar a dudas, pensaremos que padecen también de un brote de Broncemia, en alguna de sus formas clínicas: Importantitis y/ o Inmortalitis.
Narciso Hernández, nació en Capital Federal el 31 de Enero de 1913. Estudió en la Facultad de Ciencias Médicas de Córdoba y egresó con el título de Médico Cirujano, el 17 de Abril de 1936. Doctor en Medicina y Cirugía, por su trabajo de Tesis, titulado: “Raquianestesia a la Percaína con cardiazol-efedrina como corrector”, el 4 de Noviembre de 1938. Coronó su carrera académica como Profesor Titular por Concurso de la 1° Cátedra de Clínica Quirúrgica, desde el 31 de Diciembre de 1968 al 31 de Diciembre de 1983. Fue Decano de la Facultad de Ciencias Médicas de Córdoba, desde Septiembre de 1969 a Mayo de 1971.
Recibió en vida y como cirujano, los más altos galardones, entre ellos el Premio Academia Argentina de Cirugía, en 1950, por su trabajo “Hepato-colédoco-kinesia a la luz de la Colangiografía durante la operación”.
Premio Laborit de la Academia Francesa de Cirugía, en 1951, por su trabajo “Fonction musculaire de l, Hepatocoledoque, selon la colangiographie per-operatoire”.
Premio Laborit de la Academia Francesa de Cirugía en 1965, por el trabajo en colaboración con el Dr. Jorge Lavisse, titulado: “Voies biliares extra hepatiques, phisiopatologie”. Título en español: “Biliodinamia”.
Premio Laborit de la Academia Francesa de Cirugía, 1967 por su trabajo: “Indicaciones y técnica de la Papilotomía por vía inframesocolónica”.
Exponente brillante de la escuela clásica-humanística, dominaba los idiomas: Inglés, Francés, Italiano y Portugués, además de sólidos conocimientos de Latín y Griego. Profesor de Filosofía y de Lógica, en el Colegio Nacional de Villa María, desde Mayo de 1943 a Septiembre de 1952.
Fue un eximio violinista, destacándose como solista o primer violín en música de Cámara, participando como integrante de Tríos o Cuartetos.
Pero, además de todo eso, se brindó totalmente a sus enfermos en el Hospital Nacional de Clínicas; a sus discípulos y a sus alumnos que lo amaban y admiraban por sus clases magistrales, plenas de información científica y cultura general, matizadas con dichos oportunos, llenos de colorido y profundidad.
El Prof. Narciso Hernández, falleció en Córdoba en 1994, con el reconocimiento de cariño y admiración de sus pares, familiares y amigos.
Pro. Consulto Dra. Norma Acerbi Cremades
Gracias Profesora Acerbi, por tan admirable y justa apreciación. Tuve la oportunidad de asistir a la presentación del libro "broncemia" en el auditorio OSDE, y fue tan grande la decepción y el malestar ante el grosero plagio que al llegar a mi hogar, mes senté a los pies de la cama y no pude contener el llanto. Para quienes fuimos residentes, alumnos y admiradores incondicionales del Profesor Narciso,esta falta de respeto al bronce bien merecido de la excelencia, nos demuestra que la mediocridad sigue al acecho a pesar los años de su desaparición física. Nunca así será de nuestro corazón. Gracias Profesora. Carlos Veglia médico cirujano m.p. 12.950
ResponderBorrarAdhiero plenamente a los conceptos vertidos sobre la broncemia y a su autor original ...y felicito a la Profesora Norma Acerbi Cremades por su siempre oportuno articulo: recordar al Profesor Narciso Hernandez Ramirez eleva a personas comunes como nosotros, y hunde en el lodazal a quien trató de birlarle un escrito tan delicioso que describe de pies a cabeza un patologia actual como mundial. Rolando B Montenegro Profesor de Clinica Quirúrgica
ResponderBorrarCuanta alegría me cause leer el comentario del Prof. Montenegro, pues he tenido la dicha y el privilegio de operar con él, en la guardia del H.N.C. en la década del 80 y que él conoce del aprecio, respeto y admiración que sentía y siento por el Profesor Narciso Hernández de quién fui discípulo y a quién tuve la oportunidad de ayudar en su última operación en el hospital de clínicas, como así también ayudarle en su última clase magistral. Cuando asistí atónito a la presentación de un libro, sobre BRONCEMIA, en el auditorio OSDE, fui invadido por tal indignación, que a punto estuve de perder los estribos y arruinar la velada. Supe contenerme y esperar a ser el último para le firma del plagio y poder decirle con franqueza y claridad mis sentimientos al "autor". Creo que después de ese acontecimiento no ha vuelto a repetir otra presentación del plagio. Querido Rolando, muchas gracias!!!
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