ABSTRACT
MISTAKES THAT CANNOT BE LEFT IN THE HISTORY
The literary composition entitled “A hundred years, thousands of challenges”, that I have read during my holidays, produced in me an abundance of memories, ideas, feelings that I have had to calm making up deep feelings, so as to make the alluvion pass, in order to perceive its accidents and to be able to express them while writing.
If we consider the work as a “historical” one, we believe et is necessary to express them as a “historical” work, because it is necessary to make up some concepts clearly conserving true facts as perdurable examples.
I affirm some mistakes I have found in the book. I insist that the history cannot be deceitful, uncertain or false.
KEY WORDS: History-Testimony-Museum-Hospital- Mistake
RESUMEN
La composición literaria titulada “Cien Años Mil Desafíos”, leída durante las vacaciones me produjo un aflujo copioso de recuerdos, ideas, sentimientos que he necesitado ordenar, para percibir sus accidentes y poder expresarlo por escrito.
Si catalogamos la obra como “histórica”, creemos necesario hacer algunas aclaraciones y atenernos a la verdad, para ofrecer ejemplos perdurables. Se demuestran los errores cometidos en el libro y sostenemos que la Historia, herencia para las generaciones futuras, no puede ser incierta, engañosa o falsa, como ha sido demostrado por muchos autores, en diferentes épocas.
PALABRAS CLAVES
Historia- Testimonio- Museo- Hospital- Error
INTRODUCCIÓN
El libro “Cien Años Mil Desafíos”, editado por Talleres Gráficos Graziani Impresos, Córdoba, Diciembre 2013, es una obra más de la rica producción bibliográfica cordobesa, sin pretensión, claro está de ser mejor ni peor que cualquiera de ellas.
El compilador, reunió conferencias, discursos, partes o materiales de libros, algunos no especificados al pie de página, todo formando el cuerpo de la obra. Escrita en prosa, combina los géneros: narrativo, descriptivo, expositivo y epistolar.
El fin de la obra fue desarrollar un tema: el “Centenario del Hospital Nacional de Clínicas”, motivo por el cual, catalogamos la prosa narrativa de preferencia, en especie: Histórica.
Una frase muy elocuente, en alguna parte del libro y refiriéndose a la Universidad Nacional de Córdoba, dice: “Esta Universidad popular, tiene Historia y futuro”. Verdaderamente que su profundidad, alentó nuestra investigación y observaciones.
DESARROLLO
Fue Heródoto de Halicarnaso (480-430 a. C), quien se propuso averiguar los hechos pasados, de acuerdo con testimonios dignos de fe, estableciendo la Ciencia Histórica y planteando el problema del método respectivo. La observación directa, los testimonios y la tradición, fueron los recursos informativos de la Historiografía antigua.
Durante el transcurso del tiempo, se perfeccionaron los conocimientos y los métodos. Recién en el Siglo XIX, se logró el desarrollo del concepto genético de la historia, por los grandes y definitivos avances en la metodología. Los instrumentos y métodos científicos repercutieron en el campo histórico, logrando un cuerpo de principios y normas que conducían con certeza por el camino de la erudición. Se organizaron mejor las bibliotecas, los archivos y se editaron colecciones de fuentes relativas al pasado.
Todo aquello se perfeccionó durante el Siglo XX, de tal modo que nos encontramos en el Siglo XXI, donde se han rebasado los límites estrictos de la investigación.” El movimiento erudito, dice Cassani-Pérez Amuchástegui (2) conduce la historia a un alto grado de precisión científica, con un método aplicado no solo a la reconstrucción del pasado, sino a una buena parte de las Ciencias culturales”.
Sin embargo, como pretendo analizar en el presente trabajo referido al libro “Cien Años Mil Desafíos”, aún existen escritores-relatores que, posiblemente sin someterse con disciplina al rigor histórico, sino tan solo al fervor de su espíritu y su mente, cometen errores en la expresión de sus ideas, seguramente involuntarios.
LA FACULTAD DE CIENCIAS MÉDICAS NO ES LA MÁS ANTIGUA DEL PAIS NI DE SUDAMÉRICA.
Capítulo III. El Hospital Nacional de Clínicas, comienza diciendo el relator: “El pasado mes de Octubre de 2012, celebramos el 135 aniversario de su fundación (refiriéndose a la Facultad de Ciencias Médicas de Córdoba), destacando que es la más antigua del país y podemos decir también, la más antigua de Sudamérica…”
Creo oportuno recordar aquí, el nacimiento de las primeras Universidades de América Latina. La más antigua, la de Santo Domingo, fue creada por la Orden Dominica en 1538, autorizada por Bula Papal. Le siguieron la de Lima y la de México, creadas por Ordenanzas reales en 1551. La primera recibió en 1574 el título de Real y Pontificia Universidad de San Marcos.
El Colegio Máximo de la Compañía de Jesús, creado en 1613, fue la raíz gestora de la Universidad Nacional de Córdoba.
Con respecto a la Historia de la Medicina del país, se inició en 1780 con el Real Tribunal del Protomedicato. Luego, la Asamblea Constituyente de 1813 creó el Instituto Médico Militar, hasta el 9 de Agosto de 1821, fecha memorable para la República Argentina por la creación de la Universidad de Buenos Aires, por el Gral. Martín Rodríguez y el Dr. Bernardino Rivadavia. Y es así como en la naciente Universidad, se fundió el Instituto Médico Militar con todo su cuerpo docente, prosperando entonces la enseñanza de la Ciencia Médica, que había precedido en dos décadas al advenimiento de la Universidad.
La Facultad de Ciencias Médicas de Córdoba, se integró al cuerpo de la Universidad, por la Ley N° 874 del Poder Ejecutivo Nacional, el 10 de Octubre de 1877, iniciando la enseñanza en Marzo de 1878. Fue su primer Decano, el Prof. Dr. Hendrik Weyembergh.
EL HOSPITAL SAN ROQUE NO FUE UN TUGURIO.
Un subtítulo dice: Hacinamiento y Tugurización*(no existe esta palabra, en el Diccionario de la Real Academia Española (7). El relator expresa:
“Las salas del viejo Hospital San Roque, presentaban nichos en sus muros perimetrales, donde eran parcialmente introducidos los enfermos para disminuir la propagación de sus males, con lo que se dificultaba ostensiblemente el contacto de los pacientes con los Maestros y estudiantes”.
Imagen n°1 (Clic en la imagen para ver en grande) |
Supongo que el relator se ha referido a la “Sala de los Nichos” y en honor a la verdad, haré uso de la descripción que hizo el Prof. Dr. Juan Martín Allende (1), en su Conferencia del 15 de Junio de 1976, en la Biblioteca de la Academia Nacional de Medicina, donde dice:
“El Servicio de Cirugía se instaló en la Sala San Roque o Sala Vieja o Sala de los Nichos, como la bautizó el Académico Prof. Dr. José Penna, al visitarla en 1910. Por ese Servicio de Cirugía instalado en dicha Sala pasaron como Maestros y alumnos, todos los cirujanos que alcanzaron notorio prestigio.
En 1826, se terminó la construcción de la Sala San Roque, ubicada en el centro del establecimiento, orientada de Este a Oeste y próxima a la Iglesia. Tenía 35 metros de largo por 7 metros de ancho; en los muros laterales aparecía una serie de arcos de 3,50 metros de alto y 1,50 metros de ancho, formando una especie de celda y en cada una de ellas, al lado de la celda vecina, un pequeño reducto se ahuecaba en la pared, el que tenía 1 metro de altura por 0,75 metros de profundidad, obedeciendo a la privacidad de los enfermos y aún de los sanos. Las celdas estaban bien ventiladas por un tubo que salía oblicuamente a través del muro por la parte superior. Los reductos anexos se comunicaban con el exterior por una pequeña ventana por donde se retiraban las bacinillas”.
“Para la iluminación nocturna de la Sala, a cada lado de los nichos o celdas, se contaba con pequeñas excavaciones ubicadas en forma alternada y allí se colocaba la iluminación por vela o lámpara de aceite, efectuándose el escape de los gases, por un tubo que arrancaba de la parte superior hacia el exterior. Esta construcción fue proyectada por Don Felipe Gómez, quién también construyó la bóveda de la Iglesia de Santa Catalina. Dirigida por los Padres Bethlemitas, bajo el control de los médicos Doctores Pablo Paster y José Rodríguez. Al decir del gran higienista, Profesor Dr. José Penna, la Sala San Roque o de los Nichos, era única en su género”.
“En 1916, con motivo de la reconstrucción del Hospital, la piqueta demoledora la destruyó, perdiéndose así, una joya de la arquitectura sanitaria de la época”. (Imágenes N° 1 y N°2 de la Sala de los Nichos).
Imagen N°2 (Clic en la imagen para ver en grande) |
EL PROYECTO DEL HOSPITAL NACIONAL DE CLÍNICAS NO FUE DEL ARQ. TAMBURINI, FUE DEL ING. RAFAEL ARANDA.
El relator continúa refiriéndose al “Proyecto de Tamburini”y volvemos a leer en el Capítulo IV “Tamburini: el Arquitecto del Hospital de Clínicas”, sin especificar en este caso, al autor responsable de este capítulo.
Para aclarar el error difundido, haré uso de lo escrito por el Dr. Federico Garzón Maceda (3), Miembro del HCD y contemporáneo – asistente a toda la historia del Hospital Nacional de Clínicas.
Garzón Maceda dice:
“En Noviembre de 1883, el Gobierno Nacional designó una Comisión presidida por el Dr. Miguel Juárez Celman y de la cual formaba parte el Decano de la Facultad de Ciencias Médicas, Dr. Luis Rossi. Debía encargarse de la dirección y ejecución de los trabajos preparatorios para la construcción que se debía llevar a cabo con sujeción al plano y presupuestos formulados por el Ing. Rafael Aranda”.
“El Decano, envió al Dr. Juárez Celman, el 14 de febrero de 1884, la siguiente nota que traduce el interés y celo del Dr. Rossi y la magnitud del plano escogido como modelo”
“Sor: La Facultad de Ciencias Médicas, contando con el eficaz apoyo del Superior Gobierno, pensó, como Ud. sabe, en la fundación de un Hospital de Clínicas modelo, que complementando los elementos indispensables, viniese a garantizarnos el cumplido acierto en el desempeño de la misión que se ha confiado a aquél Instituto”.
“Aceptada la idea por el Excmo. Gobierno Nacional, votados por el Congreso los primeros fondos con que debían iniciarse los trabajos, la Facultad encargó al Ing. Rafael Aranda la confección de los planos y presupuestos relativos, pidiéndole tuviese por base de su estudio el espléndido edificio del Hospital de Lugo en Italia, uno de los más notables de Europa”. El Ing. Aranda, teniendo en cuenta las condiciones económicas del tesoro de la Nación y las circunstancias en que se halla colocado el Instituto que presido, le acaba de presentar los planos de las distintas secciones del Hospital en cuestión, con los presupuestos y referencias que, ya aprobados por la Facultad, pongo en manos de Usted a objeto de los fines de esa Comisión. Si esta obra se realizase, como es de presumir, no temo avanzar la opinión de que será ella, la primera en su género que exista en América; pues si bien es verdad que se ha modificado en algo el modelo de Lugo, por las circunstancias antes indicadas, también lo es que el proyecto del Ing. Aranda, científica y artísticamente preparado, permite el ensanche periódico del edificio, siguiendo la línea de su tipo original y que, aunque así como lo presenta el Ing. Aranda, será un monumento que honrará siempre el recuerdo del Gobierno que lo levante”.
(Clic en la imagen para ver en grande) |
“Como Usted verá, se han consultado en el proyecto las reglas de la más estricta higiene y todas las clínicas serán perfectamente atendidas en las ventiladas y espaciosas enfermerías del nuevo edificio que podrán contener con holgura, hasta 200 enfermos. Excuso entrar en otros detalles, por el motivo de que ellos serán conocidos por las referencias que acompaño”.
“Sor: todo se halla preparado para comenzar el trabajo y la demora en este supuesto sería inexcusable: por esta circunstancia pido a Usted que interponga sus buenos oficios a fin del que el Superior Gobierno apruebe los planos y presupuesto que se envían y ordene la pronta ejecución de la obra, pues que, lo repito, para la construcción pensada se han tomado en cuenta los modelos de los principales hospitales de Europa y no se ha descuidado en el proyecto una sola regla siquiera, de las que la ciencia, especialmente la higiene y el arte, prescriben en este caso”(3).
Sin duda que la claridad de esta carta, certifica fehacientemente que el proyecto de la obra, perteneció al Ing. Rafael Aranda y fue enviado a Buenos Aires en 1884, para obtener la oficial autorización. Por otra parte, la elección del Hospital de Lugo en Italia como modelo, perteneció al Decano, Dr. Luis Rossi, natural de Parma; graduado de Médico en la Universidad de Nápoles y asistente al Hospital de Lugo durante su vida profesional, antes de trasladarse a la Argentina.
La confusión respecto a la autoría del proyecto del Hospital Nacional de Clínicas, nació porque llevaba la firma del Arquitecto Francisco Tamburini, cuestión lógica y necesaria para la aprobación de una obra con fondos del Superior Gobierno, siendo que Tamburini en 1884, se desempeñaba en el cargo de Director General del Departamento de Arquitectura de la Nación.
(Imagen N° 3, plano original del Ing. Aranda-Garzón Maceda (3)
Es curioso que siendo los libros del Dr. Garzón Maceda, tan precisos en las descripciones de su época, se ha generado en Córdoba, desde hace ya varios años, diatribas entre algunos profesionales de la arquitectura.
AMPLIACIONES HISTÓRICAS
En el Capítulo X, pagina 49, dice: “En el ingreso al Hospital Nacional de Clínicas, está ubicado el Museo en Ciencias de la Salud, inaugurado el 24 de Mayo de 2011”.
El Dr. Bernardo A. Houssay (5) hablando del origen y evolución de la Medicina, dice: “Somos hijos de nuestros padres; el presente nace y deriva del pasado; todos los progresos se eslabonan en una continuidad ininterrumpida, solo parcialmente oscurecida a ratos por estériles periodos de quietismo o aparente discontinuidad. Imitando el decir de Foster, lo que sabemos y pensamos no es una nueva fuente que surge de la roca de lo desconocido al choque de la varita mágica de nuestro intelecto: es una corriente que sigue en nosotros y al través nuestro alimentada por los pequeños manantiales de un pasado remoto”.
El Museo de Ciencias de la Salud, en el mejor de los casos, podríamos decir que es substituto y el heredero directo del acervo del Museo Histórico Hospital Nacional de Clínicas, creado por Resolución del HCD N° 1541 el 21 de Diciembre de 1995, con el propósito de custodiar los testimonios científico-culturales de la Facultad de Ciencias Médicas.
El Lema del Museo Histórico Hospital Nacional de Clínicas, que orientó sus objetivos y progreso, desde su creación decía:
“Seré escudo para detener el viento que quiera borrar las huellas de los hombres que forjaron con su accionar la Historia de la Facultad de Ciencias Médicas”.
Y tengo el orgullo de afirmar que durante los catorce honrosos años de existencia del Museo, sus trabajos de investigación y en defensa del Patrimonio, fueron reconocidos en medios nacionales y extranjeros.
Algo similar ocurre en la página 51, Jardín Maternal Huellitas, donde dice:
“Hace alrededor de 18 años se creaba este lugar, con el fin de generar un espacio para los hijos del personal del hospital”.
La guardería de niños, fue una inspiración de las Religiosas Vicentinas, para beneficio de los empleados y se creó en 1974, siendo Director del Hospital el Dr. José Llorens. La autorización para convertir la Guardería en Jardín Materno Infantil, fue aprobada el 3 de Junio de 1995 por Resolución del HCD N° 282/95, siendo Director el Dr. Raúl Breglia.
CONCLUSIONES
La experiencia en el estudio y la enseñanza, durante muchos años, de la Historia de la Medicina, me ha permitido realizar las observaciones expresadas en el trabajo.
La Historia es el retrato de los hechos del pasado, tal cual acontecieron y no la libre interpretación de los autores, según la época o las circunstancias. La fidelidad en la transcripción de la Historia, debe ser la Expresión verdadera del profesionalismo del Relator y no el producto de una supuesta “varita mágica”, sin pasado ni patrimonio.
Venimos acostumbrándonos a publicaciones que no relatan con fidelidad la sucesión de las cosas y los autores escriben una historia no desde el punto de vista de lo que “había ocurrido”, sino desde el punto de vista de “lo que tenía que haber ocurrido”, según lo que ellos interpretan.
Me asusta la perspectiva que pareciera querer controlar no solo el futuro, sino también el pasado. Toda mentira me parece aterradora, sobre todo si pasa luego a la Historia, cuando hayan muerto los que conocían la verdad. Permitidme la confidencia de mi angustia vital frente a las mentiras, a los errores y a la ingratitud.
Creo que las ideas de veracidad objetiva están desapareciendo en el mundo, como lo expresó magistralmente y sin perder actualidad, el escritor inglés George Orwell (6), diciendo:
“En tiempos de engaño universal, decir la verdad se convierte en un acto revolucionario”.
BIBLIOGRAFIA
1-Allende, J. M.-La Cirugía de Córdoba hasta Ernesto Romagosa. Conferencia en la Biblioteca de la Academia Nacional de Medicina, 15 de Junio de 1976.
Boletín Academia Nacional de Medicina, Vol.54:141-159. 1976
2-Cassani, J. L-Pérez Amuchástegui, A. J. Del Epos a la Historia Científica. Una visión de la Historiografía a través del Método.
Editorial Nova, Buenos Aires 1968.
3-Garzón Maceda, F-Historia de la Medicina de Córdoba, Tomo II
Talleres Gráficos Rodríguez Giles, Buenos Aires 1917
4-Garzón Maceda, F- Historia de la Facultad de Ciencias Médicas
Imprenta de la Universidad Nacional de Córdoba 1927
5-Houssay, B. A- Problemas y Orientaciones de la Medicina Moderna. Conferencia dada en el Ateneo del Centro de Estudiantes de Medicina de Buenos Aires, 19 de Octubre de 1927. Publicada en La Formación del Espíritu Médico.
Talleres Gráficos Ferrari Hnos. páginas 57-102, 1928.
6-Orwell, G- Rebelión en la Granja, Secker & Warburg, Edit. Londres -17 Agosto de 1945 y Re-edición 1984
7-www. rae. es/recursos/diccionarios/drae
Prof. Consulto Dra. Norma Acerbi Cremades. UNC
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